Los hospitales de cierto país
latinoamericano ya no se abastecían para recibir pacientes que fueron
infectados por el virus covid-19, razón por la que estaban enviando a los
mismos a “descansar” a casa. Uno de esos era Albert Hoffman —quien en realidad
se llamaba Enrico Groening—, un genio pintor quien nunca exhibía sus obras de
arte, porque eso es lo que eran.
En sus últimos días de vida me
llamó y dijo: Meg, estoy grave, pero aún quiero cumplir el último de mis
sueños, por lo que necesito un último regalo tuyo: 75 µg de LSD.
Dibujó la muerte.
Eusoj Sargav
Covid y hoffman?
ResponderBorrarPues sí jeje
Borrar