jueves, 10 de noviembre de 2022

Mamutte

Es la historia de un tipo que caminaba con nerviosismo y apuro; no sabía lo que es andar de mamut ni ir de mamut. Un día —que ya era de noche— iba a su andar apresurado y se topa con dos entes que no eran de su mundo, entes que andaban de mamut e iban de mamut. Solo atinó a sentarse en medio del desolado parque y observar sin consuelo la trayectoria de aquellas moles, de titanes con andar de mamut.




Eusoj Sargav

martes, 8 de noviembre de 2022

Recuerdos de un vago o un cuervo

En mi mundo mental

El vago

Recuerdo 

De un cuervo

Desmenuzando axones

Combustionados por las 

Previas subidas y bajadas posteriores,

De mis viajes y búsqueda de portales,

Pasaje, pasaje, pasaje, pasaje

Ya pagué, ya pagué.

¿Durmiendo sigo?

Ahora solo

Quiero no despertar

Y si lo hago 

Que sea entre

Siete chimeneas 

Y media 

Hora del ahora,

Ya bajo

Tu ombligo

Vivo, saboreo 

Y respiro el olvido imposible, 

La amnesia opcional

Cuatro estaciones 

De trenes no tan primaverales. 





Eusoj Sargav


jueves, 15 de septiembre de 2022

Marlowe en la carretera y otro largo adiós

No fueron los cereales

Ni los cigarrillos

En el desayuno, respiro,

Tampoco los panes al almuerzo

O el agua de grifo

Para seguir el viaje, sigo,

Pero sí el camino por donde 

No convergeríamos más.

Luego, asciendo.


Hoy en las alturas

De un cinco estrellas

Cien minutos, tal vez a doce

Segundos de cruzar el ventanal

No sé. Horas ahora

Solo pernocto como 

Pernocto solo, me fundo entre 

Coches enguyidos por la bastedad

Del largo adiós, muñeca

Philip Marlowe x femme fatale.



Fotografía: Josué Vargas Plasencia



Eusoj Sargav

jueves, 8 de septiembre de 2022

Pétalos

 El severo alguacil se asegura que la estadía del condenado sea cómoda, pues se compadece de la situación del desgraciado. Solo la aventura podrá liberarlo, la ilusión atraparlo. 

Los pétalos de la más hermosa flor estaban en sus manos muy a gusto, el frío que nos rodea era parte nuestra, pero la calidez de la luna derretía al sol, en ella su reflejo. Balbuceos de un preso, era más poeta que culpable o culpable por poeta. De un gesto amable tocó el raso de un pétalo y el reflejo se apagaba a pausa y a tiempo. En sus manos muy a gusto, el frío que nos rodea era parte nuestra, pero la...

Así sonó en la ventana del condenado, con cada uno de los pétalos de su flor. 

Una vez en el juzgado ampliaron la condena a un año, tal vez más sea el vuelo desde prisión, dependía de su sinceridad, y, en lugar de negar su crímen, reafirmó que no volvió a ser el mismo después de salir con ella —con la flor—, que se va pétalo a pétalo tras un frío que puede extinguirse sólo si la corte decide que no sea un crímen lo que el reo empezaba a sentir.






Dengue 🇲🇽

Eusoj Sargav 🇵🇪

jueves, 1 de septiembre de 2022

El tren que cae

Viene de luces encendidas, de chillido y humo en el andar. Le veo con la verdad que mis pies caminan sobre su vía. No sé si me encuentro de frente, no sé si le veré pasar. Me estanco en las piedras y el suelo tiembla. Y no es extraño, las últimas gotas de cascada que alimentan mi alma se tornaron en sendos océanos, todos cayendo uno tras otro como botellas y bohemios, fugaces pasajeros del tiempo que la vida les da o les quita. Ahora los océanos que caían sobre mí se condensaron en la forma de un perro que descansa, descansa como se sienta y se siente como la ausencia de su presencia...



Fotografía: Josué Vargas Plasencia


Dengue 🇲🇽

Eusoj Sargav 🇵🇪





rv

jueves, 25 de agosto de 2022

Las desorientadas inhalaciones de un perucho en agosto

Una espalda al mirador, otra a la ventana azul, no hay certeza de nada después del almuerzo y los postes son un futuro en banda y festival. La ciudad dejó de ser ciudad y se convirtió en noche. Las luces hipnotizadas a sus espaldas ya no querían alumbrar, se sentían incapaces de servir tras sentirse opacadas, la noche que enguyó a la ciudad es el mejor presente acompañado de música de uno de los pasos del inframundo. Comenzó la lumbrera de lado derecho, chispó dos veces y se apagó, así en línea recta hasta que se convirtió en lumbrera de izquierda. No quedaron salvo los marcos de las ventanas que escuerían la luz de algún desvelado o de quien cena pan y café. Todo sucedía y nada al mismo tiempo, no decía palabras pero escribían a espaldas.

Saldrá el pan frío del armario, ya es seguro salir a respirar, la plenitud de unos segundos que eran granos de arena caerían eventualmente, es algo así como las estrellas fugaces en el cielo de una ciudad ajena; no me digas que tampoco las vez o la nostalgia ahogará, imagina. 



Fotografía: Josué Vargas Plasencia


Eusoj Sargav

Dengue




Flamenco rojo

  La esperanza se pierde, ¿Respira? A Rubén no le cabía ni un solo grano de arroz más, estaba más que satisfecho, estaba tan lleno de co...