lunes, 17 de febrero de 2020

El brujillo (Haematopus ostralegus)


«…Un guardaislas me dijo que cuando el brujillo se pone a cantar es porque vendrá visita…»

Era fines de julio y hacía un inusual frío en la playa de Atenas[i], no obstante, era el último día en el que pasaría la noche antes de hacer una pasantía en el Leibniz-Zentrum für Marine Tropenforschung[ii], en Alemania. Sabía que iba a tener un especial significado esa última noche, como la última noche con la persona amada que tiene un soldado antes de ir a la guerra… pero claro, yo no iría a ni una guerra ni nada por el estilo, iba a hacer ciencia en Alemania, dejando en alto el nombre del Perú.
Después de aquella noche en la que no pude dormir por haberme quedado apreciando la belleza de Atenas, fui por un café en la caseta de investigación. Al salir, percibí los primeros haces de luz del día e inmediatamente decidí tomar unas últimas muestras, pero me vi abordado por un extraño sujeto.
—Tú debes de ser Armando, ¿no?
—Sí, soy yo. Armando, un placer.
—Armando un placer jejeje —se río el extraño sujeto.
—¿Qué le causa gracia? —pregunté, ya sabía de qué reía.
—No, no es nada jejeje, vengo de parte del “diablo” Chacón, que dice que quiere verlo.
—Ah, claro, le había prestado unas cosas…
—Sígame.
Después de seguirlo por unos minutos por la orilla del mar, vi como unos pájaros muy curiosos se peleaban por comer a una malagua que estaba en las piedras
—¿Le llama la atención, ingeniero? —preguntó el extraño sujeto, con un extraño brillo en los ojos.
—Sí, nunca había visto pelear a tantas aves por una malagua.
—No son cualquier ave, míster. Son brujillos.
—¿Brujillos? Primera vez que escucho de esas aves —si bien es cierto, yo no sabía mucho de aves, y me alegró saber cómo se llamaban aquellas aves tan curiosas.
—Así es, ¿sabe por qué le dicen brujillos, míster?
—No, no sé por qué le dicen brujillos a esas aves, mi estimado —no me respondió.
—¿Sabía que los brujillos se alteran y se ponen como locos cuando “la mar” se va a poner brava?
—No, no sabía que los brujillos se alteraban y se ponían como locos cuando “la mar” se iba a poner brava.
—¿Sabía que los brujillos cantan cuando alguien desconocido viene por acá?
Ya me estaba cansando de los “sabía” de este extraño tipo quien nunca me dijo su nombre y tampoco respondía a mis preguntas, pero qué me quedaba… paciencia…
—No, no sabía que los brujillos cantaban cuando alguien desconocido venía por acá a Atenas.
—¿Usted sabe quién soy?
—Justo eso le pregunté en el camino, señor. Hace muchas preguntas usted —una risa forzada que sonaba como un gruñido nervioso.
—Señor Armando, ¿usted sabe que está hablando con un brujillo?
—¡¿Qué?!
—Señor Armando, ¿usted sabe que también los brujillos hablan con la persona que está a punto de morir?


Fotografía: Josué Vargas Plasencia



Eusoj Sargav



[i] Playa de Atenas, ubicada en la bahía de Paracas, la cual queda en la Reserva Nacional de Paracas, distrito de Pisco, Ica, Perú, es un lugar propicio para el cultivo de conchas de abanico.
[ii] Leibniz-Zentrum für Marine Tropenforschung, es una escuela universitaria ubicada en Bremen, Alemania, dedicada al monitoreo científico de los ecosistemas marinos tropicales y los ambientes costeros tropicales en un contexto biológico, ecológico y socioeconómico (Wikipedia).

martes, 4 de febrero de 2020

Stunned

Smoking myself wasn't enough...
Tears of pink panther on my clothes,
Unique pain, a dumb complain.
Nature and nurture of my stranger leafs,
Not usually understood, easily criticized,
Eons away now you are,
Dear, tell me what should I do...





Eusoj Sargav

Flamenco rojo

  La esperanza se pierde, ¿Respira? A Rubén no le cabía ni un solo grano de arroz más, estaba más que satisfecho, estaba tan lleno de co...