jueves, 13 de junio de 2019

Sin escape, sin dirección


No sabía dónde me encontraba, estaba tremendamente oscuro… Recuerdo que no me podía parar, estaba desorientado, donde mirase no había nada más que negrura, así que decidí empezar a tocar todo a mi alrededor… con cuidado.
Hacía un poco de frío y noté que no traía ropa encima, que el suelo estaba lleno de yerbas o tal vez paja, que el olor que me envolvía era fuerte como el de las granjas, también olía a hierro, a metales oxidados. Eso no me calmó, pero al menos sabía que estaba en una granja (aunque sin animales, creo). Luego empecé a gatear porque no me podía mantener en pie, no sé cuánto gateé, pero choqué con una pared, entonces me puse de pie: primero una pierna, luego la otra. Mientras arrastraba mis pies, había tramos que eran pegajosos, otros no. Seguí así intentando encontrar una puerta para salir, nunca la encontré. Motivos suficientes tenía para entrar en pánico, pero mantuve la calma, siempre frío. Seguí dando vueltas pegado a las paredes de madera —porque tenía mucho miedo de encontrar alguna cosa que me pueda lastimar los pies— eso me hizo sentir más confiado, así que empecé a tocar las paredes con las manos y podía sentir que no estaban cálidas como afuera, lo que me hizo pensar dos cosas, o era de noche, o estaba jodidamente…. No, mejor no pienso eso. Es mejor creer que es de noche y que por algún motivo estaba ahí... ¿Qué pasó?  
Mientras tanteaba las paredes, logré coger algo helado, y era una barra larga dispuesta en horizontal, que asumí que era de metal, —tal vez por eso el olor del ambiente era tan metálico— puse la otra mano sobre la misma e intuí que era una escalera. No pude estar más en lo cierto y empecé a subir. Cuando llegué al nivel superior, y puse las manos y pies en su suelo, me di cuenta que ya era otro tipo de material, tal vez concreto, repetí lo mismo que había hecho abajo para adivinar el lugar en el que estaba, y así fue como encontré una puerta que si se pudo abrir muy fácilmente, sin hacer ruido.
Al estar del otro lado, una luz cegadora me atacaba, pero me adapté al instante y vi en un mueble a un hombre durmiendo con el televisor encendido donde pasaban una novela de blanco y negro. El hombre era muy gordo, aunque enano, lo que lo hacía ver como un barril. Al costado del mueble había una carabina apoyada, es así como la agarré y le disparé en la cabeza a quemarropa. Tuve suerte que estuviese cargada, porque también pudo haber sido una trampa.
Al asegurarme que estuviese muerto, salí de esa sala, verifiqué si había más habitaciones, y este lugar no las tenía. Así que decidí mirar qué había fuera de aquella casucha y me topé con la sorpresa que no estaba rodeado por más casas, solo por un antiguo carro sin puertas estacionado en la puerta pero que en apariencia arrancaba. Me vestí con la ropa que tenía el muerto, tomé las llaves de uno de sus bolsillos y me fui sin rumbo hasta que me dio el amanecer en algún lugar de aquella carretera. Fue entonces que me fui al baño de un grifo y al verme al espejo vi que tenía un largo corte en la cara, me abrí los botones de la enorme camisa para verificar si tenía más cortes que no haya notado, y vi que tenía el tórax bañado en sangre seca —que por suerte no era mía—  me lavé. Obviamente me sentía inquietado por todo aquello, pero fui recordando que, al día anterior, había estado en un bar con hombres del batallón y nos habíamos emparejado con un grupo de mujeres que, según lo que imagino, habrían puesto alguna clase de droga en nuestras bebidas por lo que no recuerdo nada. Tal vez mis compañeros hayan estado en esa especie de depósito, pero tal vez tuvieron otra suerte, ellos murieron, yo no. Ahora no sé qué hacer, acabo de escuchar el chirriar de unas llantas —tal vez de 4 autos— fuera del baño. Las puertas de esos carros han sido abiertas y cerradas de golpe, y están tocando insistentemente la puerta del baño. Esto huele mal, y no lo digo por el baño ¿Debería de abrir la puerta para que me maten o debería de intentar escaparme por la tubería como una rata? Los dados y los naipes ya han sido jugados, tal vez solo estoy algo paranoico, ¿o no?




Eusoj Sargav

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