miércoles, 23 de diciembre de 2020

Incendio en Lettuce Town

 

3ER DÍA LUEGO DEL SECUESTRO DE BOB:

«Querido Bob, ahora que ya no estás más con nosotros, no conseguimos hallar consuelo alguno. Donde estés, que estés bien».



          Qué te parece, loco, mira lo que encontré en la casa de Bob, una nota pegada en su puerta —reía, no sin cierta nostalgia y angustia un tal Franz Celcius.

          Franz, ¿no crees que esa letra se parece mucho a la tuya? Hay algo que se me hace extraño aquí aparte de ti. No te ofendas, pero me imagino que la escribiste el día de ayer mientras andabas desvariando en esa banca verde de madera que tienes en tu patio —se burló Wolframio.

          Pero Wolframio, ¿acaso no entiendes que Bob ya no está entre nosotros?

          Verdes alfombras hay en todos lados, pero de eso nada en comparación de Bob…

¡¿Qué cosas sin sentido me estás diciendo?! ¿Recuerdas cuando nos hablaba sobre los problemas sociales que acontecen en nuestra sociedad?

Como si hubiera sido ayer, Franz. No pensé que pudiera hablar, mucho menos sobre estos temas ¡Una lástima que se dieron cuenta de su existencia!

¡Una lástima tremenda, viejo! ¿Recuerdas a esos tipos estúpidos que nos vieron la cara de idiotas?

No me lo hagas recordar. Fueron unos tipos vestidos de policías quienes miraron a Bob y se lo llevaron, no sin antes habernos apuntado con un arma ¡Qué cosa para más terrible!

No pudimos hacer nada, con suerte me pude quedar con una pertenencia suya, su correa con la que salía a pasear mientras nos hablaba de las muchas vidas que ha tenido, reencarnación tras reencarnación, ciclos kármicos inacabable —Bob pausaba su locución para tomar una bocanada de humo y algo de sal—Sí que me sorprendía nuestro querido amigo Bob, era sorprendente que diga cosas tan lógicas siendo un animal.

Lo recuerdo plenamente, en todas sus memorias que nos transmitía siempre estaba presente una sociedad tan poco racional como la nuestra, ignorante y represiva. Nos quitaron a Bob y él estaba tranquilo, no hacía ruido. Solo movía la cola…

Descuida, yo tengo un plan para recuperarlo.

 

4TO DÍA, ERAN LAS 20 HORAS Y…:

 

¡NOTICIA DE ÚLTIMO MINUTO! Nos encontramos en la cuadra en la que ocurrió el siniestro el día de hoy por la tarde, las unidades del cuerpo de bomberos del distrito de Lettuce Town son insuficientes ¡Ni con todos los caños de la ciudad se podría apagar el incendio! El siniestro tuvo como epicentro el cuarto de un hombre que se encuentra, precisamente, a nuestro costado ¡Porque somos el canal sesentainueve, canal número uno en informarlo, desinformarlo, en generarle distracciones para que pueda sobrellevar su día de mierda!

 

¡Corten!

 

Parker, pero ¡¿Qué fue eso?! ¡¡¡Te pregunto!!! ¿Acaso eres estúpido? No puedes hablar así estando en señal abierta. Exijo que me respondas en este preciso instante antes que te encuentres firmando tu renuncia.

Perdón, jefe, estaba muy emocionado, ¡es mi primera vez cubriendo un noticiero! Usted me entenderá… las palabras empezaron a salir solas y ya no podía contener ese derrame de palabras, comas y puntos —se excusaba el novel periodista, tan rojo como si estuviera ardiendo por dentro.

Sí, sí, sí, lo que tú digas, puedes olvidarte de la bonificación que ibas a recibir este fin de año. Ahora corrige tu error.

 

¡Tres! ¡Dos! ¡Uno! ¡ACCIÓN!

 

Disculpen, experimentamos desperfectos técnicos, pero aquí estamos de vuelta. Como les decía, tengo al costado al joven que salió a dar unas vueltas a la manzana mientras su cuarto empezaba a consumirse en llamas —decía esto mientras le acercaba un micrófono a un Franz que se mostraba atónito ante lo que estaba aconteciendo frente a sus ojos.

Buenas noches, señor reportero, no acredito lo que está pasando, yo solo salí al supermercado y había dejado prendidos en fuego a los juguetes de mi perro, Bob —podría ser Marley, pero es Bob—de manera que pueda regresar a su hogar ayudado de su perfecto olfato de can, en donde quiera que haya estado raptado por unos desadaptados vestidos de policías que lo raptaron hace cuatro días; ¿y sabes algo? ¡FUNCIONÓ! Lo tengo aquí conmigo —el perro movía la cola y se acurrucaba en la pierna de su dueño en búsqueda de mimos, no me importa que la ciudad esté hecha un infierno —dicho esto, Franz cogió a Bob y se lo llevó en el Datsun Sakura despintado (que alguna vez fue color azul marino) que aparcaba en el parque que se encontraba en la esquina del parque en el que estaba siendo interrogado, mas fue detenido por los bomberos y policías.

 

Al final, nunca se supo si fue Franz quien había ocasionado el fuego, o si fue un cigarrillo a medio apagar que cayó por su ventana (siempre le lanzaban colillas de cigarrillos unos chiquillos de secundaria), motivos por el cual fue liberado esa misma noche, a pesar del testimonio sin sentido que brindó a los medios de prensa aquel fatídico día en el que murieron calcinados más de la población de la ciudad de Lettuce town. Por otro lado, Franz, Wolframio y Bob disfrutaban de unas vacaciones de ensueño en alguna paradisiaca isla del Caribe ahogados en licor, tal vez penas propias de las copas, pero eso sí: libres de remordimientos.






Eusoj Sargav

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