Viene de luces encendidas, de chillido y humo en el andar. Le veo con la verdad que mis pies caminan sobre su vía. No sé si me encuentro de frente, no sé si le veré pasar. Me estanco en las piedras y el suelo tiembla. Y no es extraño, las últimas gotas de cascada que alimentan mi alma se tornaron en sendos océanos, todos cayendo uno tras otro como botellas y bohemios, fugaces pasajeros del tiempo que la vida les da o les quita. Ahora los océanos que caían sobre mí se condensaron en la forma de un perro que descansa, descansa como se sienta y se siente como la ausencia de su presencia...
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Fotografía: Josué Vargas Plasencia |
Dengue 🇲🇽
Eusoj Sargav 🇵🇪
rv
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